“17. Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales;
18. Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
19. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.”
Habacuc 3:17-19
Muchas veces las circunstancias son tan adversas, que el agobio nos inhabilita para tomar decisiones, para planificar nuestro futuro, o para sobrellevar el problema de la pandemia que nos aqueja, y no solo a nosotros sino a todo el mundo, pues los efectos colaterales del COVID-19, han producido no solo los problemas propios de salud, sino también problemas financieros, de encierro, psicológicos, de estudios, de prácticas laborales, de no poder visitarnos, ni siquiera entre familiares, para evitar posibles contagios… y nos damos cuenta que nuestra vida ha empezado a girar en torno de la pandemia, y todo a nuestro alrededor está compungido, triste, caótico, impredecible.
El párrafo bíblico que hemos leído al inicio es un ejemplo, que nos dejó Dios en su Palabra, para que analicemos la actitud del profeta Habacuc, el cual menciona: “Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales”, que tremendo lo que estaba experimentando el profeta, tanto que enumera las calamidades que le agobiaban, pero para hacer una tremenda declaración de fe y confianza en Dios, pues agrega: “Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación”… maravilloso… extraordinario…
El profeta nos muestra una salida a toda incertidumbre, pues él pregona: “Jehová el Señor es mi fortaleza”, y además agrega “El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar”, obviamente Habacuc conocía al Señor en esa dimensión que a nosotros nos deja como un desafío, Dios es nuestra fortaleza, solo en Dios está toda solución y también nuestro futuro. Busquemos a Dios.
Pr. Herman Gajardo P.
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