“4. Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.”
Isaías 9:4
En este versículo que leemos hoy, el profeta Isaías, inspirado por el Espíritu Santo, habla acerca de un Libertador, y lo menciona como alguien que ya venció, en tiempo pasado. El versículo dice: “Porque tú quebraste su pesado yugo”, un yugo es un elemento que se coloca sobre la cerviz de una pareja de bueyes, para que juntos trabajen en todo lo que su dueño les indique, es una señal de sujeción, de esclavitud, sin opinión propia, de ciega obediencia, pero, el Libertador llegó para romper ese yugo, para terminar con la opresión de la oscuridad, para destruir el imperio de la muerte (Hebreos 2:14). Después, el versículo agrega: “…y la vara de su hombro”, indicando que también esa vara es quebrada, la vara es la que se usa para dirigir a los bueyes bajo el yugo, o sea, los direccionamientos erróneos también son destruidos, muy bien lo explicó Jesús al decir: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
Luego, el versículo dice: “…y el cetro de su opresor, como en el día de Madián”, un cetro es el símbolo de autoridad, de quien manda, de quien dirige los designios, pero aquí, la Palabra describe que este Libertador también rompe ese cetro, quitando toda esa autoridad a quien tenía el imperio en su mano, la victoria es total, Jesucristo venció en la cruz del calvario, Jesús vence y le arrebata las llaves de la muerte al diablo (Apocalipsis 1:18). Contáctanos para que conozcas a Jesús tal como es, no te dejes influenciar por lo que el mundo dice, no sigas en oscuridad, no sigas bajo el yugo del error.
Pr. Herman Gajardo P.
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