“15. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
Génesis 3:15
Después que Adán y Eva pecaron, al desobedecer una orden directa y explícita departe de Dios, se escondieron porque se vieron desnudos (Génesis 3:10), pero toda decisión errónea de parte nuestra, trae consigo consecuencias, las cuales inevitablemente debemos enfrentar. En el caso de Adán y Eva, Dios los enjuicia y confronta a Satanás, el cual se había presentado como una serpiente, y declara lo que leemos en el versículo de hoy: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”, en otras palabras, Dios pone en ejecución su hermoso plan de salvación para el hombre, y le da a conocer al diablo lo planificado, le aclara de inmediato que pone enemistad entre él y la mujer, entre su descendencia y la descendencia de la mujer, de donde un día nacería quien con gran poder le vencería.
Luego, le profetiza que Jesús (la simiente de la mujer), le dará un certero golpe en la cabeza, o sea, destruiría su imperio (el de la muerte) (leer Hebreos 2:14), aunque Dios también prevé que Satanás lo heriría en el calcañar, o más bien, Dios le permite al diablo atacar y herir a Jesús, tal como lo leemos en el capítulo 53 del libro de Isaías, acerca de los sufrimientos de Cristo, para cumplir el propósito de venir a salvarnos poniendo su vida en favor de la nuestra. Jesús es realmente Maravilloso, es nuestra gloriosa esperanza de salvación.
Pr. Herman Gajardo P.
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