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Foto del escritorPr. Herman Gajardo Pastén

CRISTO NUESTRA JUSTIFICACIÓN

“25. el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.”

Romanos 4:25


En este versículo que leemos hoy, el apóstol Pablo nos enseña acerca del sacrificio de Jesús, en la cruz del calvario, de manera que entendamos bien las razones por las cuales fue necesario que Cristo padeciera para que nosotros, al creer en Él, pudiéramos acceder a su salvación, para que Dios cumpla su propósito de amor y misericordia por cada uno de nosotros. El versículo dice: “el cual fue entregado por nuestras transgresiones”, aclarando o enfatizando que Jesús fue entregado para ser muerto por “nuestras transgresiones”, no las de Él, porque Él no fue culpable de nada, Jesús muere porque nuestros pecados, aquí especifica transgresiones, refiriéndose a que transgredimos, o no cumplimos, con los mandamientos establecidos por Dios, y por las leyes que debíamos obedecer, y eso, nos hace a nosotros responsables de nuestros errores, pero Él pagó con su vida nuestras transgresiones.


Luego, el versículo termina con la siguiente declaración: “y resucitado para nuestra justificación”, Amén..!! Jesús resucitó de entre los muertos, lo cual es la señal sólida de su victoria, de su triunfo, de la culminación del plan de salvación, pues, si Jesús no hubiera resucitado, vana sería nuestra predicación (1 Corintios 15:14), por lo tanto, su resurrección avala su promesa de vida eterna, y, como gran y único sumo sacerdote, personalmente nos justifica delante del Padre. El apóstol Pablo, al respecto escribió: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21).


Pr. Herman Gajardo P.


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