“6. Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia;
7. y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.”
Hechos 16:6-7
En el párrafo bíblico que leemos hoy, nos damos cuenta con claridad que el apóstol Pablo tuvo que aprender a discernir entre la voz del Espíritu Santo y su inmenso deseo de ir a que muchos entendieran que Jesús era el Cristo, y esto, pues no podemos dar más importancia a la acción de ir y predicar el evangelio, según la gran comisión que hemos recibido, incluso directamente de Jesús, y no estar atentos a la voluntad de Dios, y que a través del Espíritu Santo nos entrega las instrucciones y directrices. Nuestro accionar debe estar en sujeción a lo que Dios quiere hacer en medio de las circunstancias y adversidades que el mundo nos presenta. Y esto solo podemos aprender en la sensibilidad que tengamos para oír la voz del Señor en nuestro tiempo de intimidad en su Presencia.
El versículo 6, termina con la siguiente declaración: “…les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia”, luego, en el versículo 7, leemos: “…intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió”, y esto, es difícil de entender y asimilar en nuestra mente, pues nuestro ímpetu nos lleva a ser muy activistas, y escuchar algo así no lo aceptaríamos como una orden de parte de Dios, pero sí lo es, por lo cual debemos aprender a estar a disposición del Señor y no a que el Señor nos acompañe en nuestros esfuerzos y metas, por muy bien organizados que estemos. Dios tiene todo bajo su control.
Pr. Herman Gajardo P.
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