“25. Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él;
26. y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado.
27. Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche.
28. Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y cortada la imagen de Asera que estaba junto a él, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar edificado.”
Jueces 6:25-28
Cuando el ángel de Jehová habla con Gedeón le anima a que derrote a los Madianitas, pues Él estaría acompañándole, Gedeón reconoce que es Dios quien le habla y espera las instrucciones para enfrentar al enemigo. El ángel le dice que primero derribe el altar de Baal y destruya la imagen de Asera, los cuales eran dioses que su padre y todo el pueblo de Israel veneraban, y habían dejado de lado el adorar a Jehová, el único Dios verdadero.
Las instrucciones que recibe Gedeón, son también una enseñanza para nosotros hoy, pues antes de enfrentar al enemigo debemos eliminar nuestros dioses personales, en lo cual está puesta nuestra confianza, y que ocupan nuestra mente y nuestra fuerza, y volvernos a quien de verdad es nuestro Dios, el que nos salvó, el que nos perdonó, el que anhela que le restauremos su adoración, la cual debe ser genuina, sin dobleces, sin otras alternativas, en espíritu y en verdad.
Gedeón obedece, y destruye esos altares a dioses extraños, y levanta un Altar al Señor y ofrece un sacrificio, una ofrenda, algo que representa su propia entrega delante de Dios y el inicio de una verdadera adoración al único que es digno de recibir toda gloria, honra y loor. Que hermoso es entender lo que Dios nos enseña, y los pasos que nos indica debemos dar, pues solo obedeciendo su Palabra podremos vencer a nuestros enemigos, y salir victoriosos de todas nuestras luchas, en su Nombre, y serle fiel y leal a sus mandatos. Levantemos hoy un Altar de Adoración al Señor.
(continuará) (4 de 6)
Pr. Herman Gajardo P.
Commenti