“12. Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.
13. De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente.”
Hechos 5:12-13
Es interesante poder asimilar todo esto que se estaba manifestando a través de los apóstoles, y darse cuenta que con la unción recibida al ser llenos del Espíritu Santo, el mismo poder que estaba en Jesús, ahora se había multiplicado a través de cada uno de sus seguidores, manifestándose de la misma manera, con señales, prodigios y milagros, lo cual hacía que sus detractores se enojaran, pues nada podían hacer en contra de lo que sucedía, y además la predicación del evangelio aumentaba cada día más y más, los enfermos eran sanados, los endemoniados eran liberados, y todo el pueblo estaba conmocionado. En el versículo 12, que leemos hoy, dice: “Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón”, si se fija bien, el pórtico de Salomón, él mismo lugar donde Pedro y Juan habían sanado a un hombre cojo, se había transformado en el lugar de reunión de los creyentes, y allí estaban todos unánimes, todos juntos, en plenitud de gozo, disfrutando de ser partícipes de las maravillas de Dios.
En el versículo 13, encontramos algo muy especial allí escrito, pues dice: “De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos”, o sea, los opositores a lo que estaba sucediendo, no se atrevían a juntarse con ellos, incluso a pesar de no poder desmentir lo glorioso que estaba sucediendo, y este sentir aún continúa entre nosotros, pues muchos aún viendo lo maravilloso que es Dios, y que su amor continúa esperando por ellos, se niegan a asistir a los Cultos evangélicos, pues no quieren juntarse con personas evangélicas, pero, a pesar de sus aprehensiones, muchos sí están oyendo la voz del Señor llamando a su corazón, por eso el versículo termina diciendo: “mas el pueblo los alababa grandemente”. Gloria a Dios. Te esperamos este Domingo.
Pr. Herman Gajardo P.
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