“1. No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
2. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
3. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Juan 14:1-3
Jesús, el hijo de Dios, vino a vivir entre nosotros, Él era Dios mismo hecho hombre. En estos días recordamos la fecha de su nacimiento, y en todo el mundo se celebra la Navidad, pero el mundo ha dejado a Jesús, el hijo de Dios, relegado al olvido, pues la Navidad que se celebra es un día familiar, un día para intercambiar regalos, un día para cenar juntos, un día en que se adornan las casas con muchas luces, con un arbolito decorado con elementos brillantes y de muchos colores, bajo el cual se dejan los regalos para cada integrante del hogar, el comercio multiplica con creces sus ganancias, también hay un personaje de barba blanca y ropa roja, que premia a los niños que se han portado bien, pero de Jesús, casi nadie se acuerda.
Por lo mismo, los versículos que leemos hoy, están más vigentes que nunca: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí” nos sigue diciendo Jesús, pues su misión Él la cumplió a cabalidad mientras estuvo entre nosotros, Él sigue siendo el Camino, la Verdad, y la Vida, y hoy Él está preparando un lugar para nosotros, en donde pasaremos nuestra eternidad. No te dejes influenciar por las filosofías de este mundo, no te dejes engañar por el enemigo, nunca te olvides que Jesús es el centro de todo, Jesús es el importante, Jesús es la Navidad.
Pr. Herman Gajardo P.
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