“1. Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
2. Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
3. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
4. para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Mateo 6:1-4
Jesús nos enseña a no aparentar delante de los hombres, incluso va más allá y expone que nuestra justicia no debemos exponerla solo para ser visto, y si lo hacemos, considerando que esta bien al hacerlo, para ser ejemplo, estamos equivocados, y Dios no nos recompensará, pues si queremos ser dadivosos no podemos caer en la hipocresía solo para ser alabado por los hombres.
Es como si Jesús nos recordara de esta manera que Dios mira lo que está dentro de nosotros, pues Él pesa la intención de nuestro corazón, y para Dios nada pasa desapercibido. Si hemos de agradar a alguien, ese alguien es Dios, y Él nos guiará a ayudar y bendecir a los demás.
En el versículo 3, nos dice que “no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha”, enseñándonos así que nuestras limosnas (ofrendas, diezmos, primicias) sean en secreto, y “Dios que ve en lo secreto, nos recompensará en público”. Busquemos siempre agradar a Dios con nuestras acciones, que no nos importe si los demás lo sepan o no, que nuestro objetivo sea siempre el ser cauces de bendición usados por Dios.
Pr. Herman Gajardo P.
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