“6. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!
7. Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
8. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.”
Apocalipsis 10:6-8
Que tremendo y emocionante es leer estos versículos del Apocalipsis. Es como sentirse trasladado a un lugar difícil de describir. El apóstol Juan, estando preso en la Isla de Patmos, fue usado por Dios para recibir estas revelaciones y describirlas dejando por escrito todo lo que estaba viendo.
Cuando Juan describe los cánticos de millones de personas que para él se escuchaba como estruendo de muchas aguas o como grandes truenos, debe haber sido una experiencia inolvidable, además Juan escucha la letra del canto que decía: “¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” y todo era con gran alegría, porque algo glorioso estaba por ocurrir, algo maravilloso: Las Bodas del Cordero.
La novia ya está preparada, incluso aquí Juan ya la describe como la esposa y explica cómo es su vestido. Para quienes ignoran de que se trata esto, es nada más y nada menos que las Bodas de Jesucristo, el Cordero que fue inmolado pero se levantó como vencedor, contrae nupcias con su esposa, la Iglesia, o sea nosotros.
Prepárate para ser parte de los redimidos que conformamos la Iglesia, la esposa del Cordero, la Nueva Jerusalén. Quizás no entiendas aún todos estos conceptos, pero todo es parte del futuro que Dios ha preparado para nosotros sus hijos, los que al igual que Cristo, vencimos y cosas gloriosas disfrutaremos en Su Presencia.
Pr. Herman Gajardo P.
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