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RECÍBELE COMO A MÍ MISMO

Foto del escritor: Pr. Herman Gajardo PasténPr. Herman Gajardo Pastén

“10. te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones,

11. el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil,

12. el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo.”

Filemón 1:10-12


En estos versículos que leemos hoy, el apóstol Pablo le escribe, desde su prisión, a Filemón, un compañero de milicia en la predicación de la Palabra, y en el versículo 10, le dice: “te ruego por mi hijo Onésimo”, apelando de inmediato a que ahora en nosotros debe predominar el amor, el perdón y la reconciliación, pues en el versículo 11, leemos: “el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil”, al parecer Onésimo había sido un esclavo de Filemón y lo había enviado para que le sirviese a Pablo mientras estaba en prisión, y Pablo le habló del Señor y Onésimo conoció el evangelio y se convirtió, por lo cual Pablo le pide a Filemón que considere la nueva disposición que ahora tiene Onésimo, considerando que este tenía malas referencias, y para Filemón era un inútil, un caso perdido, pero que ahora era una persona nueva, que si en el pasado le había causado problemas, que ahora lo perdonara.


En el versículo 12, Pablo insiste en su petición: “el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo”, para Pablo, Onésimo era una nueva criatura, pero para Filemón era un mal recuerdo, algo que era mejor olvidar, más, el apóstol Pablo le pide que lo reciba como a él mismo. Hermoso ejemplo de cómo aplicar perdón a quien nos ha causado problemas, y también un bello recordatorio de cómo Dios nos ha perdonado a nosotros que nada bueno hicimos para que Él se fijara en nosotros, nos amara, nos perdonara, nos salvara, y le diera utilidad a nuestra vida.


Pr. Herman Gajardo P.


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