“7. pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.”
2 Pedro 3:7
Muchas veces, estamos tan preocupados por el día a día, las fechas especiales, cumpleaños, aniversarios, un nuevo trabajo, un título logrado con esfuerzo, la opción de salir de un apuro económico, o cualquier actividad cotidiana, nos mantienen totalmente inmersos en que así es como debemos enfrentar la vida que tenemos, y pensar en otra cosa no nos llama la atención, mucho menos cuando alguien nos pregunta por nuestra relación con Dios, pues muchos hablan y enseñan que eso no lo necesitamos, y el asistir a un culto evangélico para conocer del mensaje de salvación es sólo una remota opción, y esta, es una realidad que se debe tener presente para quienes tenemos el deber de compartir las implicancias para quienes se rehúsan a creer en Jesucristo.
En el versículo que leemos hoy, el apóstol Pedro nos enfatiza acerca de que “los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma Palabra”, esa misma Palabra que les ordenó existir, y que ahora conocemos como Jesucristo, pues Él es la Palabra, y además nos enseña que viene el “día del juicio y de la perdición de los hombres impíos”, o sea, aún existe la posibilidad de ser salvos del juicio venidero, solo debemos creer en Jesucristo y en su sacrificio por cada uno de nosotros, y así gozar de la vida eterna, pero los que no creen serán condenados y sufrirán la muerte eterna. No deseches la voz de Dios que día tras día te está llamando. Que el engaño del príncipe de este mundo no te seduzca con sus planes de vida, pues su fin es de perdición.
Pr. Herman Gajardo P.
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