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VARÓN ESFORZADO Y VALIENTE

  • Foto del escritor: Pr. Herman Gajardo Pastén
    Pr. Herman Gajardo Pastén
  • 21 abr
  • 2 Min. de lectura

“11. Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.

12. Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

13. Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.

14. Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”

Jueces 6:11-14


La respuesta de Dios se hace tangible, el ángel de Jehová es enviado y se sienta debajo de una encina, quizás frondosa, ubicada en la propiedad de la familia de Gedeón, hijo de Joás. Mientras tanto, Gedeón sacudía gavillas de trigo en un lagar, oculto de los Madianitas. Un lagar era para presionar uvas para hacer vino, pero no era tiempo de beber vino, ahora se usaba para ocultamente trillar el trigo. Y el ángel se dirige a Gedeón y le dice: “Jehová está contigo, varón esforzado y valiente”.


Gedeón no se sentía como un hombre esforzado, ni mucho menos valiente, pero el ángel del Señor lo llamó así, y un ángel no miente, ni inventa, el ángel venía a hacerle ver a Gedeón que delante de Dios sí era un varón esforzado y valiente. Dios conocía el corazón de Gedeón, y vió en él la humildad y sumisión de un hombre dispuesto a jugársela por un cambio y salir de la difícil situación que vivía el pueblo de Israel.


A veces pensamos que Dios no está cuando lo necesitamos, pero Dios siempre está pendiente de nuestra vida. Gedeón reacciona ante esto reclamándole al Señor su ausencia en medio de la situación reinante, pero la respuesta del Señor fue inmediata: “Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”. Si Dios va con nosotros la victoria está asegurada. El mismo Dios de Gedeón sigue siendo nuestro Dios. Él vió el corazón de Gedeón y también está mirando nuestros corazones. Procuremos ser íntegros, a pesar de las circunstancias adversas.


(continuará) (2 de 6)


Pr. Herman Gajardo P.


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